viernes, 10 de junio de 2016

O Soul // O, Alma

Esta es Tu hora, o alma,
Tu libre caída a lo inefable.
Lejos de libros, lejos de arte, borrado el día, acabada la lección.
Tú, completa, emergiendo, silente, observando,
Ponderando Tus temas más amados,
La Noche, el Sueño, la Muerte y las Estrellas.

Walt Whitman
Free Translation

lunes, 13 de abril de 2015

Me Rehuso a Elegir (Parte 2)

Parte Uno

¿Qué es un Escáner? ¿Eres uno de ellos?

 Capítulo 1Todo sobre los Escáners


Elaine ha apartado algunas horas para sí misma, una rara ocasión, y está determinada a utilizarlas haciendo algo que ame hacer. Aún no ha decidido qué será, pero no será complicado elegir, porque ama hacer tantas cosas.
Está de pie frente a una gran mesa en su garaje, con la mirada fija sobre dos proyectos a medio comenzar, pero que nunca ha terminado. A su izquierda yacen dos cestas de mimbre cargadas de coloridos carretes de hilo, una pega en barra, y un paquete de cartulinas. Al mirarlos casi se le hace agua la boca. Siempre se divierte haciendo manualidades, y le había prometido un álbum de recortes a una amiga hace meses. Trata e no desviar la mirada detrás de la mesa, donde en unos estantes descansa su arcilla dentro de una bolsa plástica, junto a algunas pequeñas herramientas de madera. Cuando disponga de más tiempo construirá sin duda aquella pieza de cerámica que imaginó, fue una gran idea que le vino mientras miraba algunos libros antiguos de fotografías hace algún tiempo. Aunque desearía poder hacerlo ahora mismo.
Obliga a sus ojos a volver a la mesa. Frente a ella, aún guardados en la bolsa de papel de la tienda, yacen cuatro libros sobre la historia de Polonia que adquirió hace meses. En esa misma bolsa hay también una caja de casetes de audio y un aparato que compró para grabar conversaciones telefónicas. Quiere entrevistar a los miembros mayores de su familia, todos inmigrantes Polacos. No ha tenido oportunidad de hojear los libros desde que los compró. Están ahí, como un postre seductor, reservados para cuando tenga un tiempo de relajación, cuando haya acabado sus quehaceres. Pero algunos de sus parientes están envejeciendo; realmente debería llamarlos pronto. Se pregunta si debería hacer una llamada en ese mismo instante y, aunque sea, hacer algunas citas con sus familiares, y aprender a instalar el aparato grabador  en el teléfono. Extraña a su tía Jessie.
Pero a la derecha, aún guardado en una caja alta y angosta en el piso, está el piano eléctrico que compró para su cumpleaños hace 3 meses. Podría instalarlo en sólo 20 minutos si hubiese algún espacio libre en la casa. Elaine sabe que el piano debe mantenerse instalado en alguna parte, porque si tiene que ponerlo y quitarlo cada vez que lo va a utilizar, nunca podrá darle la vuelta al asunto. Pero ¿quién tiene tiempo de abrir un espacio en la casa, cuando toda la casa necesita una buena limpieza?
Si sólo fuese cinco personas en lugar de una podría hacerlo todo, ya mismo, ahora. Lanza una mirada melancólica sobre el dibujo del piano en blanco y negro que aparece en la caja, casi puede escuchar su música. Siente como si su voz se colmase de música, y sus dedos recuerdan el toque de las teclas. ¿Será que podría abrirlo aquí mismo en el garaje y tocarlo un rato antes de la cena?
No. Elaine recuerda que le prometió a su hija de 8 años un disfraz para una fiesta dentro de algunas semanas, y en realidad es mejor que comience con esto y deje el resto para otro día. De hecho, ha dejado los materiales durante tres días sobre la mesa del comedor, y la familia ha tenido que comer sobre bandejas frente al televisor durante este tiempo. Qué vergüenza. Hará eso ahora mismo.
Pero de repente recuerda que tuvo otra idea maravillosa cuando estaba en el carro, camino a casa después de una reunión con un cliente, una idea sobre cómo atraer ingresos que funcionaría absolutamente y costaría muy poco arrancar, y Elaine siente una bien conocida aprehensión, porque si no hace algo al respecto ahora mismo, olvidará todas las demás ideas que ha tenido.
En cada cosa que ve, o se imagina, consigue el brillo del potencial y su atención se ve atraída a ello. Quiere hacerlo todo. Pero queda apresada y, al final, no hace nada. Ya que está en eso, podría buscar la ropa en la lavandería e ir al supermercado. Suspira y sale al aire fresco, y recuerda que quería salir a correr. Su perro, que todo este tiempo había estado cerca en el suelo, se levanta y la sigue, preguntándose qué le ocurre. Ella también se lo pregunta.
Elaine no tiene síndrome de déficit de atención. Hace mucho que los doctores así lo confirmaron. También sabe que, cuando está involucrada en un proyecto, no se distrae fácilmente con cualquier cosa.
Entonces, ¿qué la detiene? ¿Por qué tanta indecisión? Ya que estamos, ¿por qué se interesa por tantas cosas? ¿Por qué es tan buena en el comienzo, pero luego se le acaba el combustible y termina abandonando un largo rastro de proyectos inacabados tras de sí? No puede culpar a sus amigos ni a su familia por sonreír con condescendencia cada vez que se entusiasma por algo nuevo –eso lo deja correr sin problema- pero le molesta que casi nunca llega a ver un  producto final.
¿Cómo puede alguien elegir entre tantos intereses? ¿Cuál de ellos es el correcto? ¿Cuál es el más importante? Otro pensamiento la asalta. Recuerda que deseaba pulir su Español, porque puede que el año que viene logre dar clases a medio tiempo, y podría utilizar el dinero.
Elaine menea la cabeza, casi con resentimiento para con la nueva idea, y con una pincelada de desespero, porque siempre habrá algo nuevo e interesante colándose en su campo de visión; incluso si ignorase todo y eligiera firmemente uno u otro proyecto, estos pensamientos nuevos tienen la capacidad de hacerla sentir insegura sobre sus propias decisiones. La mayor parte de sus conocidos saben exactamente lo que hacen con sus vidas. ¿Por qué no escoger algo y hacerlo? Después de todo, es muy inteligente y ¡le han dicho que podría hacer casi cualquier cosa! ¿Por qué no hacerlo?

¿Te suena?    

¿Elaine te recuerda a ti misma? ¿También te preguntas por qué estás atrapado en este dilema? ¿Eres incapaz de descubrir lo que te mueve y por qué eres tan diferente de otros que escogieron su rumbo a temprana edad y se mantuvieron en él? ¿Por qué no puedes comenzar a trabajar en tus sueños –y quedarte con ellos? ¿Cómo podrías enfocar tu curiosa mente en un solo camino cuando no puedes soportar darle la espalda a nada? ¿Qué es lo que te da cuerda?
Aunque no lo creas, hay muy buenas respuestas para estas preguntas. Si tú, como la mayoría de los Escáners que he conocido, piensas que la situación no tiene esperanza, prepárate para recibir unas buenas sorpresas. He aquí la primera, y la más importante: Si los Escáners no pensaran que deben limitarse a un único campo, el 90 por ciento de sus problemas desaparecerían.

¿Qué es un Escáner?

Los Escáner aman leer y escribir, inventar y reparar cosas, diseñar proyectos y negocios, cocinar y cantar, crear la cena de reunión perfecta. (Notarás que no utilicé la conjunción “o”, porque a los Escáner no les gusta hacer una cosa o la otra; les gustan todas). A un Escáner puede fascinarle aprender a jugar bridge o al bocce (juego parecido a las bolas criollas) pero, una vez que lo domina, puede que nunca vuelva a jugarlo. Una Escáner que conocí mostraba con orgullo una chapa que llevaba encima que decía: “Eso ya lo hice”.
Para los Escáners, el mundo es como una gran dulcería llena de fascinantes oportunidades, y lo único que quieren es alargar la mano y llenarse los bolsillos.
Suena maravilloso ¿verdad? El problema es que los Escáners mueren de hambre dentro de esa dulcería. Creen que sólo pueden tomar un camino. Pero los quieren todos. Si se obligan a tomar una decisión, estarán descontentos para siempre. Usualmente, los Escáners no escogen nada en absoluto, y no se sienten nada bien al respecto.
Cuando niños, la mayoría de los Escáners la pasaba muy bien. En la escuela nadie contradecía su tendencia a interesarse por muchas cosas, porque cada hora de cada día de escuela está dispuesta para materias distintas. Pero en algún momento del liceo, o poco después, se espera que todos tomemos una decisión, y es entonces cuando los Escáners entraban en conflicto. Mientras la mayoría sin problema se enfocaba en un campo, ellos simplemente no podían.
La sabiduría convencional era lapidaria y, en apariencia, irrefutable: si eres un Todero nunca serás excelente en nada. Te convertirás en una aficionada, tu conocimiento será meramente superficial –y nunca tendrás una carrera decente. De repente, una Escáner quien, durante el liceo parecía alguien entusiasmado por aprender, se ha convertido en un fracaso.
Era presa de un pensamiento: Si el mundo sólo hubiese continuado aceptándolos como eran, los Escáners no tendrían ningún problema. Con la excepción de aprender técnicas de administración de proyectos, lo único que los Escáners necesitaban era renegar de la sabiduría popular que les decía que había algo mal en ellos y reclamar su verdadera identidad. Casi todos los casos de baja autoestima, vergüenza, frustración, inconveniencia, indecisión e imposibilidad de saltar a la acción simplemente desaparecía en el momento en que entendían que eran Escáners y dejaban de intentar ser alguien más.
Pareciera que los Escáners son una rara estirpe de la raza humana. Una de las razones por las cuales no se conocen a sí mismos, es porque raras veces conocen a alguien como ellos.
¿Cómo sabes si eres un Escáner?
Quizá sea útil discutir antes quien no lo es.

¿Quién no es un Escáner?

Bueno, los especialistas no son Escáners, obviamente. Si eres alguien que se siente perfectamente feliz siendo absorbido por completo por un campo del conocimiento, te he llamado Buzo. Algunos ejemplos de Buzos son los músicos profesionales, científicos, matemáticos, jugadores profesionales de ajedrez, atletas, dueños de negocios y financistas. Estas personas puede que se “relajen” con algún hobby, pero raras veces se apasionan por algo fuera de su campo. De hecho, los Buzos generalmente se preguntan cómo alguien puede interesarse en algo que no sea el campo que a ellos les apasiona. A veces incluso se burlan al respecto, como dijo el ciclista de carreras Tim Krabbé para la revista The Rider: levanta la cabeza de su aparato para mirar a los peatones a su alrededor y dice “No-corredores. Me pasma el vacío de sus vidas”.
En contraste, los Escáners raras veces pueden pensar que lo que otro hace es vacío. Siempre sienten curiosidad por saber “qué hay allí afuera” y les encanta meter las narices en todos lados. Un Buzo rara vez gasta un minuto en preguntarse sobre lo que se está perdiendo cuando está completamente absorto en su campo. Mientras, el 99 por ciento de los Escáners pasa la mayor parte de su tiempo explorando el horizonte, buscando su próxima movida.

Muchos parecen Escáners, pero no lo son.   

Aquellas personas que constantemente saltan de una idea a otra tienen distintas razones para hacerlo. Algunos sólo intentan tomar una decisión y, cuando consiguen la correcta, pueden fácilmente renunciar al resto de las ideas que habían considerado.
Otros se mueven entre ideas por razones que me sorprendieron la primera vez que las escuché. Aquí algunos ejemplos.
Duré años frustrándome y también a quienes me rodeaban con mi saltar constante de una cosa a otra. Lo que eventualmente aprendí de mí mismo es que supe todo el tiempo dentro de mí lo que debía haber estado haciendo, pero tenía demasiado miedo de comprometerme. El flujo constante de posibilidades alternas era simplemente una avanzada técnica de evasión.
Pienso que siempre he evadido aquello que realmente quiero hacer porque temía ser mediocre, o fallar por completo, así que cambiaba de parecer antes de producir algo que pudiese ser sometido a juicio.
Las personas que sufren de depresión suelen cometer el error de pensar que son Escáners. La depresión puede fracturar la conciencia de manera que no es posible enfocarse en nada durante períodos prolongados de tiempo, y algunos de aquellos que sufren de depresión piensan que la causa de ello es su incapacidad de encontrar algo que pueda importarles con intensidad. Pero lo opuesto suele ser cierto: No pueden interesarse en nada porque están deprimidos. Uno de los principales síntomas de la depresión es la incapacidad de sentir deseo. Una mujer que tuvo experiencia con personas deprimidas me dijo:
Las dificultades en la capacidad de concentración derivadas de la depresión son muy distintas de aquellas derivadas de intereses laborales. Cuando eres incapaz de leer un libro (e incluso los artículos de periódico son muy complicados para recordarlos de principio a fin), no puedes prestar atención durante una conversación, y no tienes idea de dónde están tus llaves y tu billetera cuando siempre sabes exactamente dónde las dejas, entonces debes hablar con alguien acerca de terapia y medicación, ambas hacen maravillas.
Luego está el SDDA. Antes de saber quiénes eran, muchos Escáners asumieron que su problema debía ser el Síndrome de Deficiencia de Atención (SDDA), simplemente porque todo el mundo asumía que tener una gran variedad de intereses era una forma de distracción. Durante mi experiencia he descubierto que muchos Escáners tienen SDDA, pero son Escáners de cualquier modo. También he conocido personas diagnosticadas con SDDA quienes parecen ser Escáners pero no lo son. Una vez que entiendes que un verdadero Escáner no tiene problema alguno con su habilidad para concentrarse (al contrario del enfoque exacerbado típico del SDDA), la confusión con respecto al SDDA desaparece.
Soy una Escáner, y también soy diagnosticada con SDDA. Puedo decirte que hay pocas cosas más claras que la diferencia entre un ataque de SDDA –en el cual estoy atascada porque mi mente se encuentra envuelta en niebla y es difícil recordar lo que estoy haciendo- y estar detenida por las típicas razones de un Escáner, es decir, me atraen demasiadas cosas y no puedo elegir cuál proyecto seguir a continuación.
Claro que hay muchas personas perfectamente felices en sus campos de trabajo que tienen intereses normales por fuera, como un abogado que disfruta de cocinar y viajar, o un director de arte que colecciona antigüedades. Hay una notable diferencia entre alguien con un rango normal de intereses y un Escáner.

¿Quién es un Escáner?

Una de las características más básicas de un Escáner es la intensa curiosidad que profesan hacia un gran número de temas no relacionados entre sí. No existe límites para la sed de indagación de un Escáner. Se describen a sí mismos como interesados en todo, sin esperanzas de rehabilitación (aunque, como descubrirás, no es cierto). Un Escáner no quiere especializarse en ninguna de las cosas que ama, porque significaría rechazar el resto. Algunos incluso piensan que ser expertos sería limitante y aburrido.
Nuestra sociedad mira mal esta supuesta auto complacencia. Claro, no es eso en absoluto; es sólo la manera en la que los Escáners han sido diseñados, y no hay nada que puedan o deban hacer al respecto. Un Escáner es curioso porque está genéticamente programado para explorar todo lo que le llama la atención. Si eres un Escáner, esa es tu naturaleza. Ignórala, y para siempre te encontrarás inseguro e insatisfecho.
Lo sé, es una manera completamente nueva de pensar. Y una buena parte del mundo no ve el comportamiento de un Escáner como algo admirable, ni siquiera aceptable. Pero no fue siempre así.

Un cambio reciente en la moda.

Los Escáners somos víctimas de un cambio de moda histórica, bastante reciente. Hasta que la llegada de la carrera tecnológica en contra de la Unión Soviética, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cambiase nuestro modo de ver la vida, la clase de personas a las que llamo Escáners eran admiradas. Pero para la mitad de la década de 1950, un cambio dramático ocurrió.
Cuando Rusia lanzó al Sputnik, el primer satélite en ser liberado al espacio, los Estados Unidos entraron en shock. De inmediato, nuestros recursos se destinaron a alcanzar y sobrepasar la tecnología rusa, y todo lo demás pasó a segundo plano. Las facultades universitarias se convirtieron en centros de entrenamiento especializado; la ciencia y la tecnología, el reino de la especialización, reinaron. Los departamentos de literatura, humanidades, incluso historia, fueron entendidos como un lujo irrelevante. Este declive de respeto conllevó a un cambio de estatura radical para los Escáners. Ya no se los conocía como “personas integrales”, “hombres del Renacimiento”, ni “eruditos”; de la noche a la mañana fueron vistos como irrelevantes, tontos e irresponsables. Ahora, en lo que concierne a los Escáners, este cambio de visión está completo. Casi toda nuestra sociedad toma como un hecho evidente –obvio, simple sentido común- que los Escáners están haciendo algo mal. Desafortunadamente, incluso los propios Escáners piensan así.
Es preocupante cuanta infelicidad sin sentido y talento desperdiciado ha traído este desconocimiento de la historia. Por eso es esencial no olvidar nunca que, durante la mayor parte de la historia, alguien con un amplio rango de conocimientos y habilidades tenía mucho valor. Como verán, el péndulo comienza a devolverse.

¿Y ahora qué?

Tener la libertad para ir en busca de tus intereses es maravilloso pero, ¿cómo rayos puedes llevarlo a cabo? La revelación de saberte un Escáner no te catapulta de forma automática hacia todo aquello que amas: debes saber manejar una vida pletórica de diversos talentos.
Uno de los resultados de esta mala recepción hacia los no especialistas, que lleva 50 años, es que los modelos a seguir son difíciles de hallar. A diferencia de otros tiempos históricos, cuando los múltiples intereses eran más comunes, no hay nadie que pueda enseñar a un Escáner cómo seguirlos. Ser un Escáner hoy en día es como heredar una máquina maravillosa, llena de botones, palancas y engranajes –¡sin un libro de instrucciones!
¿Cómo puedes viajar y aprender fotografía cuando también quieres estudiar Chino Mandarín, historia, tener un excelente jardín, aprender a escribir ficción, y probar suerte en carreras de autos también? No es en absoluto imposible, pero si nunca lo has hecho antes, probablemente lo parezca.
¿Y qué sucede con carreras para Escáners? Casi nadie, y menos que nada un Escáner, cree que puedas conseguir una carrera sin preferir un camino y abandonar el resto. Esto es un caso de visión de túnel, porque hay trabajos para Escáners por todos lados. Por todos lados están surgiendo formas innovadoras para ganarse la vida que favorecen la personalidad del Escáner –trabajos interesantes para gente que se considera “Todera” o “Buena para todo, buena para nada”. El mundo del trabajo está cambiando, y nunca ha habido un mejor momento para traer al multitalentoso Escáner a la fuerza laboral.

Hasta ahora, no existía manual 

Ahora existe un manual para Escáners, y lo tienes en tus manos. Aprenderás cómo hacer todo lo que te gusta y cómo mantener un techo sobre tu cabeza al mismo tiempo. Para ello, debes deshacer los problemas causados por no entender tu naturaleza de Escáner, adoptarás un nuevo entendimiento sobre por qué te atraen ciertas cosas tan distintas, y por qué las abandonas cuando lo haces. (Pista: no es porque no puedas concentrarte, ¡es precisamente porque puedes hacerlo!). Aprenderás las particularidades de tu tipo de Escáner, y desmantelaremos los mitos que te hacen temer el compromiso para que puedas disfrutar de ellos. Y si estás demasiado ocupada, o incluso congelada en la pista, si parece que nunca puedes comenzar tus proyectos, o que nunca puedes culminarlos, la ayuda está en camino.
Creo que te gustará lo que vas a encontrar: nuevos métodos y procedimientos y herramientas y estrategias para encender tu motor de Escáner, y todos son sencillos (¡En serio!) e interesantes. Cuando combinas el autoconocimiento con todos los trucos del oficio, tienes lo que hace falta para convertirte en un Escáner exitoso, con una vida que combina con tu inusual talento y tu maravilloso cerebro.

Antes de comenzar, quiero que aprendas cómo utilizar una de las unidades más importantes de tu equipo, algo que usarás en todos los capítulos siguientes.
Lo llamo el DIARIO DEL ESCÁNER.
Los Escáners usualmente evitan involucrarse con algo nuevo y fascinante cuando esto les llama la atención. Dicen cosas como “¿Cómo puedo justificar dispersarme en otra dirección?”, pero esto es una lástima, porque no están rompiendo ninguna regla ni haciéndole daño a nadie por el hecho de ser curiosos o de entusiasmarse con un pensamiento nuevo. Y cada vez que se niegan a una actividad nueva, están reforzando el mito de que están haciendo algo mal. Incluso un desvío hacia alguna actividad “frívola” parecería malo, y todo se detiene de nuevo. Tal y como me escribía un infeliz Escáner: “Siento que si no he terminado lo que estoy haciendo, no tengo derecho a divertirme”. Claro, cuando se es un Escáner existe el riesgo de desrielarse del proyecto original y utilizar el tiempo en otra cosa, pero el Diario puede solucionar ese problema, como verán.

El Diario del Escáner    

Es simplemente un cuaderno en blanco que dedicarás a lo que haces todos los días, como Escáner, claro. Nada de listas de lavandería ni el relato del día a día que suele hacerse en los diarios, sólo aquello relacionado con ser un Escáner –el lugar para capturar tus mejores ideas, así como las tangentes que te alejan de estas ideas. Además, en algunas ocasiones te pediré que trabajes en un ejercicio que requiere escritura, y quizá quieras tomar nota de las cosas que te parezcan útiles de este libro (o de cualquier otra cosa).
Esta es tu versión personal de los cuadernos de Leonardo Da Vinci. Si nunca los has visto, busca por una reproducción en la librería, o una copia en Internet. Son inspiradores.
Los cuadernos Da Vinci son un modelo excelente para un Diario de Escáner. Sus escritos son hermosamente desordenados, impulsivos y desenfrenados. (¡Incluso escribió sus comentarios de atrás hacia adelante! Posiblemente esto fue para esconder ideas de ojos predadores, o quizá tenía visión de espejo, o quizá porque amaba ejercitar su cerebro. No pensaría menos de un Escáner.) Nunca te sientas intimidada por su fama, ni la de nadie. Para ti, él es sólo alguien que disfrutaba pensar con un lápiz en la mano, de la misma manera que lo harás tú.
Las páginas en blanco de tu Diario son el sitio donde capturarás las ideas que, de otro modo, se perderían; grabarás aquellos pequeños viajes y esos “qué pasaría sí…” que siempre están flotando por ahí en una mente creativa. Vas a darle la bienvenida a estos pensamientos más y más a medida que te des cuenta que no hay nada que debas hacer al respecto salvo escribirlos. No hace falta darles seguimiento a menos que tú así lo desees.
Si te parece un poco escandaloso, no estás sola. Un Escáner escribió:
Llamo mi Diario “Mis Placeres Culposos”. La semana pasada escribí sobre un Resort que me encantaría construir, un libro de cocina que me encantaría escribir (incluso grabarme y crear mi propio show de cocina), y tomé notas sobre un par de carreras que me parecieron interesantes. ¡No entiendo cómo no he hecho esto desde siempre! ¡Es divertido y me ayuda a pensar!

¿Cómo va a verse mi Diario de Escáner?

Es importante que te asegures que tienes el tipo perfecto de cuaderno en blanco para usarlo como Diario de Escáner, porque este no es cualquier diario. Puedes llevar un cuaderno de espiral cuando salgas de casa, pero necesitas algo más impresionante para trasladar esas notas cuando vuelvas. Busca algo que te guste, pero más formal de lo que estás acostumbrada a usar –uno de esos cuadernos donde da miedo escribir. (No te preocupes, ¡lo harás!)
Asegúrate de que no haya líneas en las páginas y date mucho espacio para escribir. Mientras más larga la página, y más grueso el cuaderno, mejor. Usualmente se consigue algo así en tiendas de arte, a veces con una portada de cuero que estaría muy bien dentro de la oficina de Scrooge. Toca la superficie del papel para asegurarte que disfrutarás escribiendo sobre él, y consigue los bolígrafos que te hacen disfrutar de escribir con ellos. Si quieres divertirte, incluso puedes poner el cuaderno sobre un mueble de apoyo, como esos grandes diccionarios. (Si tomas notas en la computadora o cuando estás lejos de este tomo, siempre puedes pegarlas después. Es diversión creativa pegar una variedad de notas y fotos en las páginas y escribir a su alrededor, crea un Diario interesante).

Escribir en tu Diario de Escáner es más importante de lo que parece. Con el pasar de los días, al hacer más y más anotaciones, te darás cuenta que algunas partes de ti que habían sido olvidadas y subvaloradas están recibiendo atención. El solo acto de considerar tus exploraciones lo suficientemente importantes como para llevar la cuenta comienza a cambiar todo lo que pensabas de ti misma. En lugar de esos pensamientos que pululan en la cabeza de los Escáners sobre ser “cambiantes” o “superficiales”, con poco esfuerzo crecerá el respeto que le debes a la manera en que tu mente funciona.
También es bueno para ti. Darle un chance a esa mente creativa que tienes de divertirse un poco es como darle agua y luz del sol a una planta.
Si alguna vez te has sentido presionada cuando comenzabas algún proyecto, te va a gustar descubrir que el mero acto de tomar algunas notas o hacer un boceto sobre una vieja idea es muy pequeño como para crear nerviosismo alrededor del resultado que podrías tener. De cualquier manera, escribir estas ideas en un elegante libro te enseñará, sutilmente, a valorarlas. Cada vez que plasmes tus ideas y añadas dibujos y proyecciones y fantasías, la enseñanza que te hizo dudar de ti mismo se irá disipando, hasta que se convierta natural el hecho de asumir que está bien –mejor que bien- sentirte fascinado por algo nuevo.
Tu Diario es también un libro de autoestudio: Cuando te das rienda suelta, te permites imaginar o diseñar lo que quieras, ¿qué clase de Escáner surge? ¿Hacia dónde quiere ir tu mente? Tu Diario te da un pasaje gratis para crear lo que quieras, así que mientras más lejos persigas tus intereses en él, más clara será tu respuesta.
En el pasado puede que te hayas visto a ti mismo simplemente como alguien con problemas para mantenerte en algo o seguir con un proyecto hasta el final, pero nada de eso es relevante aquí. Poner tus ideas en el papel no es como comenzar algo que debes terminar; es como ver una buena película –sólo que mejor, porque no sólo la estás viendo sino que la estás diseñando. Esa libertad te permitirá ser tan creativa como quieras. Si, por ejemplo, te interesa la idea de entrevistar a tus vecinos para conocer la historia de sus vidas, abrirías el Diario y lo escribirías, y no dudarías y permitir que esa idea crezca. (Podrías transformarlo en un documental, o una exhibición fotográfica con el audio de las voces de cada uno; podrías hacer que los niños en edad escolar hicieran un proyecto para salvar las historias de sus familias; o por qué no un museo virtual de libre acceso…)
Tu Diario te permite planificar la idea sin necesidad de producirla. Si decides que debería convertirse en un documental, te darás cuenta que has atrapado la idea en su mejor momento, cuando te encontrabas más entusiasmada y creativa. Y si nunca tomas el siguiente paso, por lo menos te divertiste sin arriesgar nada.
Poco a poco, el proceso de escribir tus ideas en un diario cambiará la manera que e hace sentir el no continuar con cada una de tus buenas ideas, porque está claro que planear, diseñar y llevar cuenta de ellas en algo llamado Diario de Escáner no es una promesa; es la manera en la que la gente inventiva se divierte.

Primera Entrada

Hoy, quisiera que hicieras una prueba. Escoge una idea reciente, una pequeña a la que no le hayas dado mucha importancia, y haz tu primera entrada en el Diario de Escáner.
Abre el cuaderno. Vas a comenzar en la página izquierda, para que tengas mucho espacio. Ahora, pon la fecha de hoy y la hora en la esquina superior izquierda. Arriba, escribe cualquier idea con la que te guste jugar, como “Las Vidas de mis Vecinos”, o “La Autobiografía de mi Gato, George, para posible uso en Película”. Escoge un proyecto que sea interesante y tenga posibilidades, pero uno que posiblemente no desarrolles más allá de esta primera descripción. Deja grandes márgenes a cada lado de cada página para poder agregar lo que se te vaya ocurriendo.
Y luego, déjate ir.
Entiérrate en tu idea y escribe. Dibuja cuadrados con palitos y diagramas de lo que te parezca relevante. Cuando aparezca una tangente, síguela, pero no en el mismo sitio donde estás escribiendo. En su lugar, dibuja una línea hacia el lado más a la derecha de la siguiente hoja (de manera que quede espacio para cualquier otra tangente que surja). Luego date 20 minutos con vista en el reloj para explayarte en esta tangente.
Y luego vuelve a tu idea original.
Tu idea tangencial está a salvo y lista para cuando la quieras. Ahora vuelve a tu idea original. Puedes buscar información en Internet e imprimir lo que quieras guardar. Puedes recortar lo más interesante y pegarlo en la página adecuada (Con una nota que indique dónde la conseguiste, en caso de que quieras volver). Puedes dibujar un rectángulo con un buen marcador negro a su alrededor y hacer signos de exclamación si te interesa alguna cita. Si encuentras algo interesante en algún libro, escribe un reporte a vuelo de pájaro sobre tus pensamientos, o copia a mano lo esencial. Haz diagramas, pega fotos y recortes de revistas, o haz lo que te permita disfrutar del tema que estás trabajando.
Siempre intenta hacer tus descripciones lo más completas posibles, de manera que si algún día desapareces y un extraño consigue el proyecto, pueda acabarlo. ¿Por qué? Porque de otra manera, una vez que se acabe la pasión, ¡olvidarás qué fue lo que te emocionó tanto! Deja que tus pensamientos se derramen sobre la página mientras se te van ocurriendo, en lugar de hacer una lista o un bosquejo que no podrás apreciar con el paso del tiempo. No quieres volver a una idea del pasado y pensar que fue aburrida o sin valor. Probablemente hayas hecho eso varias veces en el pasado, pero se supone que el Diario de Escáner te ayude a respetar tus propias ideas. Todas ellas.
He aquí un pequeño ejemplo:

Una forma Genial de estudiar Botánica:

¿Qué tal una serie de novelas de detective sobre un profesor de Botánica retirado que viaja alrededor de Suramérica, desde la frontera sur de Estados Unidos hasta la Tierra del Fuego al fondo del continente? Podría estar buscando nuevas especies de plantas, describiéndolas y dibujándolas, así: [aquí podrías pegar una ilustración de Botánica sacada de una revista], pero continúa encontrándose con un malvado criminal. ¡Quizá otra Botánica! Intenta crear plantas que perturben la mente para conquistar al mundo.
Entonces cada novela podría tener lugar en un país diferente y podría incluir las descripciones y dibujos de plantas y las historias de los habitantes locales sobre sus usos. ¿Quizá un libro de cocina? Para algunas plantas. (Buscar “Plantas venenosas para misterios detectivescos”. Debe haber un libro al respecto en alguna parte.)
¿Por qué no convertirla en una Página Web? ¡Oh! ¡Una bitácora en línea donde escribiría un episodio nuevo cada semana, con fotos! Quizá podría encontrar algún Botánico que me ayudase, y podríamos escribir cada uno un episodio y dejar enlaces a buenas páginas sobre Botánica. ¡Sería tan divertido! Podría convertirse en una herramienta de enseñanza para salones de clase, podría hacer clic en algunas partes y escuchar quizá una voz, la voz del profesor, ¡como un audiolibro! Debo preguntarle a algunos amigos maestros para saber si es muy complicado.
Si esto escribías, podrías dibujar un mapa en la página de al lado para mostrar dónde se llevaría a cabo cada episodio, y podrías crear títulos divertidos como “La señorita Bennet y el caso de la Albahaca Escondida”.
Recuerda: No importa si nunca llevas a cabo lo que estás escribiendo en estas páginas, porque culminar un proyecto no es lo que importa aquí. Esto es sobre tu visión y el libre juego de las ideas por la pura diversión.
Sería muy útil para investigar cómo funciona tu mente al respecto de nuevos intereses si tuvieses tiempo ilimitado para continuar trabajando sobre esta idea todo lo que quieras. Si no te interrumpe algo externo, sólo podrá detenerte algo interno, y es muy importante que te familiarices con lo que esto pueda ser.
Cuando decidas detenerte, atrapa el pensamiento que te hizo parar, algo como: “Estoy perdiendo el interés en esto” o “quisiera continuar, pero tengo que ir a buscar a los niños”, o cualquier cosa parecida. Escribe este pensamiento al final de la página y la hora junto a él.
Y esto es todo por hoy.

¡Tu primera entrada está completa!

Esa es tu primera entrada en tu Diario de Escáner. ¡Felicitaciones! Has aprendido a atrapar una idea mientras te interesa. Ahora sabes cómo salvar un sueño, sin importar cuán pasajero sea, sin importar cuántos sueños puedan ser.
¿Y por qué deberías salvar tus sueños?
Hay varias razones. Es agradable leerlos, evitará que olvides un proyecto al que quisieras volver, te enseñará muchísimo sobre qué te atrae y por qué, pero sobretodo te permitirá llevar cada idea y cada visión por lo menos un paso más allá en lugar de descartarla como un aborto por ser impracticable o imposible.
Los Escáners no deberían tirar sus ideas a la basura, sin importar cuántas puedan tener, sin importar qué tan “crudas” estén. El respeto hacia las ideas es igual que el respeto por su creador: tú. (Puede que también te ayude a respetar las ideas de otros y hacer una gran diferencia en sus vidas también.)
Vamos a acabar con la noción de que las ideas no tienen valor a menos que se conviertan en un negocio o tengan algún uso práctico. Guárdalas en un hermoso libro como lo hizo Leonardo. Quizá quieras regalarlas algún día, quizá a alguien que necesite ideas. O tus tatara-tatara nietos amarán saber cuán fascinante era tu mente. O tu biógrafo podría ser muy feliz por ello cuando partas.

El Mapa de tu Vivienda

Eso es todo lo que debes hacer en tu Diario de Escáner por hoy, pero si te sientes energizada y estás lista para más, te sugiero que hagas este ejercicio, muy útil para abrir los ojos, pronto, puede ser ahora o en algún momento de la semana siguiente. Este ejercicio ayuda a reemplazar la auto crítica (destructiva) por un genuino interés en tu propia identidad. Hay algo fascinante que he descubierto gracias a tantos años de trabajar con gente: El interés es la forma más sincera de respeto. Es la manera menos egocéntrica, más auténtica de decir “mereces mi atención”.
Además, aunque aún no lo sepas, estás en entrenamiento, y tus entradas en el Diario de Escáner son parte del programa. Lo explicaré más adelante.

Abre un par de páginas en blanco de tu Diario de Escáner (recuerda, en tu Diario siempre se comienza del lado izquierdo para que tengas bastante espacio sobre el cual escribir). Deja un pequeño espacio en la esquina superior izquierda para el título de la entrada. Cuando diseñé este programa, escribí “El Hogar de un Escáner es su Taller” en el tope, porque descubrí que cada habitación de mi casa (incluso el pasillo) tiene por lo menos una superficie para escribir en ella, junto con papel y lapiceros. Espera a terminar esta entrada para pensar qué título le pondrás.
Ahora, toma asiento y has un croquis general de tu casa a lápiz y a mano, camina alrededor de las habitaciones buscando algún proyecto. No importa si nunca lo acabaste o si incluso nunca lo comenzaste. Tú conoces bien cuáles objetos están en tu casa porque iniciaron como posibles proyectos. Cuando consigas uno de ellos, dibuja un círculo en el croquis y escribe el nombre del proyecto, por ejemplo:
·         Pequeña máquina de video para ver viejas películas caseras para VHS
·         Cesta de recortes interesantes de revistas
·         Grabador de llamadas telefónicas e instrucciones para mis clases por teléfono
“¡Me sentiré tan avergonzada si hago eso!” me escribió un Escáner. “Odio escribir cuántos proyectos he comenzado sin terminarlos. Hacen que mi casa se vea desordenada, también”.
Pero ese no es el verdadero Escáner dentro de ti hablando; ese eres tú preocupado por las críticas. Los Escáners, con su amor por el aprendizaje y su buen ojo para el potencial, suelen vivir en espacios atestados, y no siempre es fácil para otros entender la razón e tanto desorden. Pero te pedí que hicieras este ejercicio de primero justamente para que puedas comenzar a sentirte orgulloso de esa mente ansiosa y de todas las cosas por las que se siente atraída. Tu hogar no es sólo un depósito de proyectos sin terminar; es el taller de una mente creativa.
Intenta conseguir fotos de los talleres de artistas famosos, como Picasso, y verás a lo que me refiero. Un ama de casa ordenada estaría aterrorizada ante tanto desorden. Otro artista –incluso uno cuidadoso- no tendría problema alguno en entender que no es desorden lo que ve, sino un espacio funcional.
Sherlock Holmes, claro, encontraría la habitación de un artista sumamente interesante. También deberías hacerlo tú.
Permíteme cerrar con el ejemplo de un Escáner para que podamos comenzar.
Mientras paseaba por la sala de mi casa encontré un zapato de mujer antiguo tirado en el suelo detrás de la mesa y recordé justo por qué lo había comprado en una venta de garaje. Una vez vi una lámpara hecha con un zapato igual a ese en una revista. La lámpara era hermosa. ¡También costaba más de 400 dólares! Tuve la idea de comenzar una línea de objetos de cosas recicladas. Así que dibujé un círculo en el croquis donde estaría el zapato y escribí “Zapato victoriano para lámpara”. Luego vi mi harmónica y recordé que quería aprender a tocarla para acompañar a un amigo que toca guitarra en las calles a veces2026
¿Entendiste? Ok, hazlo tú.
Cuando tu mapa esté completo, mantenlo en tu Diario y añádele lo que vayas comenzando a hacer. O puedes hacer lo que hizo este Escáner:
¡Este mapa de mis proyectos es hermoso! Lo coloreé, le pegué recortes de revistas e incluso un piano en miniatura de un brazalete de bisutería. Es una obra de arte, y voy a enmarcarlo y a colgarlo en mi pared. ¡Es como un collage de mi alma!
Cuando acabes, puede que consigas un patrón en tus proyectos, como yo hice en mi mapa. Sea lo que sea que consigas, con admiración y respeto, escribe un título en la parte superior izquierda de la hoja. No está permitido nada desmoralizante. Se merece una alabanza, aunque te rasques la cabeza y debas pensar en ello el resto del día.

Escribe en tu Diario cada día durante algunas semanas

Me gustaría que escribieras algo en tu Diario de Escáner cada día por las próximas dos semanas, si es posible. Cuando comiences a entender los beneficios, estarás ansiosa por que llegue el momento de tu sesión de escritura, y luego estará bien que te saltes uno o dos días.
¿Sobre qué escribirás mañana? No te estreses. Esto no es una tarea del colegio; es como un libro de colorear y creyones para el niño que llevas dentro.
Mañana puede que decidas aprender más sobre modas, quizá tomando algunas ideas de lo que escribiste ayer. Puede que vayas al Internet y busques, por ejemplo, “Vestimenta Peruana”, e incluso veas algunos libros con fotos que te inspiren a dibujar tu propia línea de ropa femenina basada en ellos. O puede que vayas en una dirección completamente distinta porque un programa de televisión hizo que te llamara la atención los volcanes. ¡Adéntrate en ellos!
                No hay nadie alrededor para decirte que termines de decidirte de una voz o que dejes de tontear.
Muy pronto dejarás de decirte eso a ti mismo también, porque estará tan claro para ti que tu Diario de Escáner es un santuario protegido para tus sueños, tus ideas y tus intereses de hoy. Ahora que tu inquisitivamente no está siendo atacada y sitiada por fuerzas enemigas, puede comenzar a acomodarse en su forma original.

Ahora vamos a descubrir por qué sigues tomando y dejando intereses en esa extraña manera de Escáner tuya. Siempre te ha hecho creer (a ti y a quienes te rodean) que hay algo malo contigo, es hora de cambiar eso.   

Me Rehuso a Elegir (Parte 1)

Título Original: Refuse to Choose. Barbara Sher

Nota: Esta traducción libre se hace sin fines de lucro.


Me Rehúso a Elegir

Por: Barbara Sher

Trad.: Delia C. Salazar

Me Rehúso a Elegir
Un programa revolucionario para hacer TODO lo que amas.

Aviso Legal

Las menciones hechas en este libro de compañías, organizaciones y/o autoridades específicas no implica aceptación de las mismas por parte de la casa editorial. De igual manera, menciones específicas de compañías, organizaciones y/o autoridades en este libro, tampoco implican su aceptación del mismo.
Las direcciones web y números telefónicos encontrados en este libro eran correctos para el momento de su publicación.
Copyright: 2006, Bárbara Sher
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida o transmitida, en todo o en parte, en forma alguna y por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabaciones, o cualquier otro sistema de captación o almacenamiento de información, sin el permiso escrito de la casa editorial.

ISBN: 978-1-59486-303-5
1.       Auto-actualización (Psicología) 2. Toma de decisiones (Psicología) 3. Metas (Psicología)

A mi nieto Leo
Explorador, Amoroso, Aprendiz, Maestro, Guasón.
  



Desearía tan solo que alguien me zarandeara y me dijera exactamente qué hacer con mi vida. Detesto emocionarme por algo para que después algún amigo bienintencionado traiga a mi memoria todas aquellas cosas que he intentado, y fallado en el intento. ¿Utilizaré algún día todas aquellas cosas que están dentro de mí? ¿Sabrá alguien que estuve viva alguna vez?
Charlotte, una Scanner

A través del mundo entero se extiende un largo lamento del corazón del artista: ¡Sólo dame la oportunidad de hacer lo mejor que pueda!
Isak Dinesen

Contenido:

Agradecimientos
¿Eres un Scanner?
Prólogo

Parte Uno
¿Qué es un Scanner? ¿Eres uno de ellos?
Capítulo 1: Todo sobre los Scanners
Capítulo 2: ¿Hay algo malo conmigo?
Capítulo 3: Pánico de Scanner
Capítulo 4: Fobia al compromiso
Capítulo 5: Demasiado ocupada para hacer lo que amo
Capítulo 6: No puedo hacer NADA, a menos que pueda hacerlo TODO
Capítulo 7: No puedo comenzar
Capítulo 8: Nunca termino nada
Parte Dos
¿Qué tipo de Scanner eres?
Capítulo 9: Sobre los Scanners Cíclicos
Capítulo 10: ¿Eres un Doble Agente?
Capítulo 11: ¿Eres una Sibila?
Capítulo 12: ¿Eres una Malabarista?
Capítulo 13: ¿Eres un Scanner Secuencial?
Capítulo 14: ¿Eres una Especialista en Serie?
Capítulo 15: ¿Eres una Experta en Serie?   
Capítulo 16: ¿Eres una ‘Buena-para-Todo?
Capítulo 17: ¿Eres una Peregrina?
Capítulo 18: ¿Eres una Tanteadora?
Capítulo 19: ¿Eres una Indecisa de Alta Velocidad?

Epílogo: Tu mejor trabajo

Apéndice A: ¿Cómo se gana la vida un Scanner?
Apéndice B: Herramientas para Scanners

Agradecimientos


Muchas gracias a mi equipo de casa: Mathew Pearl, mi editor principal, quien es paciente, minucioso e inteligente, y me ayuda siempre a decir lo que quiero decir (y permite que lo entreviste, porque es un gran Scanner también), también a Andrea Reese (otra increíble Scanner) quien no sólo se encarga de todos mis otros trabajos, sino que lee los borradores y capta los elusivos errores que nadie más pudo ver. Andrea también es mi autoridad residente en esta materia por dos razones: primero, porque es una líder de Equipos de Éxito de primera categoría que ha trabajado con docenas de Scanners, y segundo, porque su padre es un afamado Buzo y su madre la Scanner más grandiosa que jamás he conocido. Siempre imagino ese hogar con una sonrisa en mi rostro. (Puedes leer más sobre estas personas en mi cartelera de actualidades en www.barbarasher.com.)
Muchas gracias a los muy útiles, trabajadores editores de Rodale, quienes demostraron indecible gracia trabajando bajo presión. Y siempre, un agradecimiento especial a my maravilloso agente de ICM, Kris Dahl.
También quisiera enviarles mis más sinceros agradecimientos, desde el fondo de mi corazón, a todos los Scanners que respondieron a mis cuestionarios, me contaron sus historias, y leyeron los primeros borradores de estos capítulos (¡Y a los pocos que dieron un paso al frente en un momento final de crisis para leer el último borrador!). No puedo hacer una lista con todos sus nombres, pero probablemente se encontrarán a sí mismos en alguna parte de las siguientes páginas (¡con los nombres modificados para proteger a los inocentes!). Ha sido una gran alegría trabajar con personas tan fascinantes.

¿Eres un Scanner?

“Nunca puedo apegarme a nada”
“Sé que debo enfocarme en sólo una cosa, ¿pero cuál?”
“Pierdo interés en las cosas que pensé me interesarían para siempre”
“Siempre me voy por la tangente”
“Me aburro tan pronto sé cómo hacer algo”
“Continuamente cambio de parecer sobre lo que quiero hacer, y termino no haciendo nada”
“Tengo trabajos mal pagados porque no me quiero comprometer con nada”
“No quiero escoger una carrera porque puedo estar equivocada”
“Creo que todos tenemos una misión en esta tierra; todos menos yo”
“No puedo prestar atención a menos que esté haciendo varias cosas a la vez”
“Dejo de hacer lo que estoy haciendo porque temo perderme de algo mejor”
“Estoy muy ocupada, pero cuando consigo el tiempo no puedo recordar lo que quería hacer”
“Nunca seré una experta en nada. Me siento siempre como en una clase de nivelación”
Si alguna vez te has dicho a ti misma estas palabras, lo más probable es que seas una Scanner, tiene una manera muy especial de pensar. Al contrario de aquellas personas que parecen conseguir un área de interés que les satisface, tus genes están conectados de forma que muchísimas cosas te interesen, y esto es exactamente lo que has estado intentando hacer. Ya que tu comportamiento es poco familiar –incluso turbulento- para quienes te rodean, te han enseñado que estás haciendo algo mal, y debes cambiar. Pero lo que te han dicho es un error- se han equivocado en el diagnóstico. Eres una criatura completamente diferente.
Lo que has asumido como una incapacidad para ser dominada por tu propia voluntad, es en realidad un don extraordinario. Eres la portadora de un cerebro notable por sus múltiples talentos, en un mundo que no entiende quién eres ni por qué te comportas en la manera que lo haces.
Y, a menos que sepas quién eres, ¡vas a concordar con ellos! Eso no sería sólo injusto y errado, también podría impedir que desarrollaras tus talentos e hicieras tu contribución al mundo. Las probabilidades son altas.
Identificarte con un Scanner significa cambiar la manera de verte a ti mismo en el mundo. El primer paso es entender que debes dejar de intentar encajar en la norma establecida ahora mismo, y comenzar a aprender sobre quién eres tú en realidad. Para ayudarte a construir ese futuro para el cual fuiste diseñada, necesitas una serie de instrucciones. Es eso lo que he intentado crear en este libro.
Bienvenida a una nueva manera de verte a ti misma… ¡Y felicitaciones! El jurado ha deliberado. No eres una aficionada ni eres superficial, te han encontrado inocente en virtud de una identidad equivocada. Ya ha acabado el juicio y eres libre para vivir la vida que estuviste deseando todo ese tiempo.     
Ahora toma un gran respiro y comencemos.

Prólogo

Debí haberme dado cuenta de que no era una estudiante normal durante mi primera semana de clase, cuando le eché un vistazo a los horarios y comencé a llorar.
Estaba compartiendo mesa con algunos amigos del bachillerato, todos neófitos, en un oscuro bar de la avenida Telegraph, justo afuera del famoso Sather Gate, la entrada al campus de la Universidad de California en Berkeley. Éramos cinco chicas, todas con dieciocho años e intentando actuar con tibieza al respecto de la gran jarra de cerveza que habíamos –legalmente- comprado. Estudiantes de mayor edad ocupaban otras mesas, todos se veían seguros de sí mismos, algo que nosotras posiblemente no podíamos hacer, aunque todos compartíamos la misma actividad: hojeábamos los horarios de clase, buscando las mejores para podernos inscribir antes que se llenaran.
¿Cuáles eran las mejores clases? Las que comenzaban tarde, las de profesores permisivos, o las mismas donde tus amigos se enrolaran. Esas eran grandes consideraciones.
Mis cuatro amigas se acurrucaron junto a mí y asimilaron el horario, intentando compaginar nuestros cursos para podernos ayudar mutuamente durante nuestro primer año en este nuevo planeta. Como todos aquellos que han sido aceptados en la Universidad de California, éramos todas suficientemente inteligentes, pero, según descubrí más tarde, mis amigas entendían bien cómo estudiar –algo que yo, de alguna manera, nunca había aprendido. Por esta razón ellas tenían una idea más clara de cuántas horas de trabajo serían necesarias para cada clase que tomáramos. A diferencia de mi, ellas conocían personalmente gente que había asistido a la universidad –a veces hermanos mayores o incluso sus padres- y sabían de primera mano que esta etapa era mucho más difícil que el liceo.
Mientras mis amigas revisaban el Horario –una pequeña revista en formato de periódico que enlistaba en la letra más diminuta posible dónde y cuándo se llevaban a cabo todos y cada uno de los cursos- yo leía un libro que, en una letra más grande y una marcha más pacífica, describía el contenido de todas las clases. En un Inglés fácil de entender, el libro describía los tópicos a ser tratados y los libros que se leerían durante el curso. No se parecía a nada que hubiera visto o imaginado antes. Podía sentir como mi mandíbula caía por obra de la sorpresa mientras leía una página tras otra.
Mis amigas estaban muy ocupadas hablando entre sí para darse cuenta al principio.
-          ¡No puedes inscribir Historia los martes a las 10, Mary Lee!- dijo una de ellas-  Tienes Sociología a esa hora.
-          ¿Realmente tienen clases a las 8 de la mañana?
-          ¿Por qué no inscribiste trigonometría en el liceo? ¡Te dije que sería más fácil!
-          ¿Por qué tenemos que inscribir Inglés para Tontos? ¿Somos las únicas tontas aquí?
Todas rieron y voltearon para incluirme. Pero yo estaba en otro mundo. Sin despegar mi vista del libro, comencé a hacer preguntas.
-          ¿Qué es una ‘lectura cercana’?- pregunté- ¡¿Qué es eso?!  ¡Esto habla sobre una lectura cercana a la literatura Rusa! ¿Qué significa?
-          No te preocupes, no tienes por qué inscribir eso- dijo una de ellas- Vas a entrar en Inglés para Tontos con Sarah ¿cierto? ¿Lo quieres los Martes o los Jueves?
-          Oh, Dios- murmuré, pasando las páginas aceleradamente- ¡Tienen Historia de la Música Occidental! ¿Van a tocar la música o sólo a hablar de ella? ¿Cómo enseñas Historia de la Música? ¿Debes saber leer música para entrar en esta clase? ¡Miren! ¡Antiguas Rutas de Comercio en el Asia Central! ¡Miren! ¡Los Áureos Duraznos de Samarcanda! ¿Dónde queda Samarcanda? ¡Quiero uno de esos duraznos! ¿O están hablando de una pintura? ¿La Geología de la Historia? ¡La Geología de la Historia! Escuchen: El Himalaya emergió del antiguo mar de Tethys; hoy en día, encontrado a casi 6 millas sobre el nivel del mar, se encuentran conchas marinas fosilizadas de más de 20 millones de años de antigüedad. ¡Voy a desmayarme! ¡Oh, Dios!
Había entrado en el universo del aprendizaje. Nunca antes me había sucedido algo como esto; nada me había preparado para este catálogo de descripción de cursos. Nunca había leído al respecto en novelas, y nadie nunca lo había mencionado. No podía respirar.
-          Así es la Escuela de Artes Liberales- dijo alguien mayor entre risas desde una mesa cercana, antes de volver a su libro, meneando divertidamente su cabeza.
La Escuela de Artes Liberales. Amé cada palabra de esa frase, aunque no estaba segura de su significado global. Muchos años después, estando en una tienda de libros usados, la encontré de nuevo mencionada en algunos libros que hablaban sobre el auge del aprendizaje en la Edad Media. Descubrí que, mientras Europa renacía tras la Edad Oscura, los hijos de los mismos bárbaros que habían conquistado Roma y casi destruido la alfabetización (muchos de ellos monjes, soldados, senadores e incluso emperadores) estaban enamorados del aprendizaje –locamente enamorados. Les atormentaba el deseo de leer los pocos libros que existían, y pasaban sus vidas intentando juntar las obras maestras perdidas de Grecia y Roma a partir de fragmentos citados en libros secundarios.
Los entendía. Estaba segura de ello. Si hubiera sabido cómo, yo también hubiese intentado convertirme en monje para dedicarme a copiar con reverencia los manuscritos como ellos lo hacían, casi como una manera de rezar. Decidí en ese momento que haría una copia a mano de cada libro que amara desde ese día en adelante.
Afortunadamente, olvidé esa meta. Descubrí tantas cosas maravillosas tras comenzar la universidad que cada resolución que tomaba reemplazaba la que había tomado el día anterior, y en realidad nunca copié un libro a mano, aunque amé muchos de ellos.
Pero en ese primer día leyendo el catálogo de cursos, esas palabras me conmovieron como a cualquier bárbaro atormentado por penetrar una librería medieval.
Mis amigas me estaban hablando, pero se me hacía difícil prestarles atención.
Levanté mi cara para mirarlas, y había lágrimas manando de mis ojos. Estaban sorprendidas y preocupadas.
-          ¡No llores! ¿Cuál es el problema?
Pero no podía responderles.
-          ¡No lo sé!- lloriqueé- ¡Estoy tan feliz de estar aquí!
Lucían confundidas. Una de ellas pasó su brazo sobre mi hombro.
-          .Eres una persona muy extraña, Bárbara- dijo con gentileza- No puedes inscribir ninguna de esas clases. Debes tomar los mismos cursos para principiantes que nosotras vamos a inscribir. Ahora vamos a enseriarnos, no vaya a ser que raspes antes de inscribirte.
Después de mucha deliberación, cada una de mis amigas inscribió 5 o 6 clases. Yo inscribí 10. Reprobé 5 de ellas y a duras penas pasé las demás. La universidad realmente era mucho más difícil que el liceo y, para ser honesta, no podía entender la necesidad de presentar exámenes. Para mí era suficiente descubrir que había tantas cosas fascinantes para aprender.
Después de algunos años logré calmarme y aprender la rutina, pero de vez en cuando, cuando un profesor decía algo lúcido e inesperado, algo que no podría haber deducido yo misma ni en un millón de años, volvían a llenarse mis ojos de lágrimas porque de hecho estaba aquí, en este universo insospechado donde la gente aprendía sólo por el amor a aprender.
Estando en una librería, meses después del incidente en el bar de Berkeley, encontré y adquirí un pequeño afiche, un grabado medieval en madera que representaba a un hombre subido a una escalera inclinada sobre un árbol, cubierto por un techo bajo y curvo. Su cabeza había atravesado el techo y miraba hacia la noche estrellada con el rostro admirado. Aún conservo ese afiche. Y aún hago de oyente en clases de cualquier universidad cada vez que puedo. ¿En qué materias? No importa, mientras el profesor sea bueno. Todas son interesantes.
Entonces ¿qué hice con mi esmerada educación universitaria? ¿De qué forma práctica utilicé el aprendizaje que había adquirido en los años que siguieron? No hice nada. Sólo amaba aprender y quería continuar haciéndolo.
No conseguí un trabajo con esa educación, ni tampoco hice nada práctico con las otras cosas que amaba. No escribí ni enseñé sobre lo que había aprendido. Nunca gané un centavo derivado de ello. Mi familia pensó que estaba loca, pero creo que, de igual manera, estaban orgullosos de mí.
Pienso que en algún momento sentí culpa al respecto. Me refiero a que alguna poesía que escribí parecía prometedora, pero nunca “le saqué provecho”, como dice la frase. Desde entonces he convertido en creencia que no siempre se debe utilizar las cosas que amas, y a veces ser práctico no es tan práctico. Ahora que he crecido me doy cuenta que todo ese delicioso entusiasmo paga tanto como un título en ingeniería o medicina, porque hace que recuerde cada día –cuando tomo un libro en las manos, o miro el canal de ciencia o intento leer un mapa de Asia sin una razón en particular- que la vida es fabulosa y uno puede maravillarse ante ella sin fin.
Me gusta pensar que en la oficina de inscripciones pensaron que mi admiración por el aprendizaje era loable, pero después de algunos semestres solicitaron que escogiera una carrera y cesara en mis intentos de entrar en cada una de las clases listada en el catálogo.
-          ¡Nunca te vas a graduar si sigues así!- me advirtieron.
Pero, ¿por qué demonios querría alguien graduarse? ¿Sólo para volver al mundo donde nadie decía nada y yo no podía descubrir las cosas por mí misma? Estaba muy contenta con la perspectiva de continuar así para siempre, y mis habilidades para estudiar estaban incluso mejorando. Mis padres no se quejaban ya que me pagaba yo misma mis estudios. En esos días las mensualidades costaban casi nada. El pago de la renta era barato. Mi trabajo de dos horas en un restaurante de hamburguesas durante el tiempo de almuerzo pagaba mis gastos con facilidad, y me mantenía agradablemente rellenita gracias a la comida que el jefe permitía que nos lleváramos las meseras, además de nuestro salario de 1 dólar por hora. Era un buen arreglo de sueldo.
Finalmente, escogí una carrera. Bueno, escogí dos. Primero escogí matemática, porque me arecía lo más asombrosamente bello que alguien podría aprender en este mundo. Pero se me hizo sumamente difícil aprender, y simplemente no podía encontrar ni un rastro de esa inefable y celestial cosa que intuía en ella.
Así que me rendí y escogí una más sencilla, antropología (en la cual ya había sacado unas cuantas A), y, con algo de desencanto, tomé el camino de calificaciones-graduación que todos los demás tomaban.
A lo largo de los años, cuando amigos o compañeros de estudios preguntaban por qué estaba asistiendo a clases, nunca podía explicarlo. Me sentía atrapada y un poco avergonzada. La opinión general era que los “eternos estudiantes” como yo eran vagos o inmaduros, no eran capaces de apretarse el cinturón, de hacer el “trabajo duro” requerido de la gente seria. Entendí entonces que lo que se esperaba de mí era que estudiase algo que me resultase útil a la larga, pero la sola idea de centrar mi enfoque y enterrarme en sólo un campo de estudio era deprimente. Nunca lo consideré con seriedad.
Y luego llegaron los años sesenta, y todo el mundo se relajó un poco. Crecí, y dejé de explicar mis motivos a cualquiera –y asistí como oyente a todas las clases que mi corazón deseara. También noté que estudiantes de más edad aparecían. Supongo que, como yo, tampoco dejaban de disfrutar el escuchar a esos profesores.

Adelantando muchos años, me había mudado a una fase totalmente distinta de mi vida. Aún tenía mis libros, y aún me colaba en clases cada vez que tenía la oportunidad, pero ahora era una madre soltera con niños que criar, y necesitaba una carrera. Los cursos de posgrado estaban fuera del panorama por una serie de razones –tiempo y dinero entre ellas- así que obtuve el típico trabajo que podías encontrar con sólo una licenciatura a finales de los sesenta: trabajar en programas de la Alcaldía para ayudar a personas de bajos recursos, adictos a las drogas y ex presidiarios, y lo disfruté enormemente. Eventualmente me hice una carrera a la medida gracias a algunas habilidades naturales para tratar a las personas, la experiencia que tenía de haber trabajado en el bar de mis padres, y mucha buena fortuna –me convertí en escritora y en algo que después se llamó “Entrenadora de Vida”.
Como entrenadora, comencé a notar clientes aquí y allá que me recordaban a mí misma tal y como era ese primer día en la universidad. Amaban demasiadas cosas como para poder escoger una. No querían parar de explorar, de probar, o de aprender, pero no dirigían su aprendizaje hacia una meta. Muchas veces eran brillantes, muchos tenían talento para más de un área, y les encantaba hablar sobre aquello que estaban haciendo en el momento. Era gente interesante, con mucha energía, básicamente, gente feliz. Lo único que les preocupaba era que tenían el mismo problema que yo adolecía en la universidad: se les hacía imposible escoger una carrera.
Y es así como me fui dando cuenta de que nos comportábamos de una manera distinta a la mayoría de las personas, quizá incluso estábamos diseñados de una manera distinta. Comencé a leer sobre personas famosas a lo largo de la historia, como Aristóteles y Goethe, da Vinci y Benjamín Franklin- personas cuyos intereses también se dispersaban por varios campos- para intentar conseguir alguna pista que me ayudara.
Averiguando en libros sobre sus diarios y cartas, noté algo extraño: ¡Ninguna de estas personas se apesadumbraba por no poder mantenerse enfocado en un solo campo! Revoloteaban de una materia de estudio a otra con absoluta libertad, y no parecían sentir culpa alguna si dejaban algún proyecto a medias (incluso cuando, como en el caso de Leonardo, habían sido remunerados por ello). Ya que estamos, ninguno de ellos se conformó con una carrera, ni tampoco se ponían a la defensiva o se disculpaban por ello. ¿Cómo hicieron eso? ¿Quién les dio permiso para meter las narices en cualquier cosa que les llamara la atención?
La única respuesta que encontré fue la siguiente: En su tiempo, nadie pensaba que había algo de malo en hacer de todo. No encontré evidencia alguna de que le dijeran a Aristóteles que estaba mal interesarse en tantas cosas. Franklin no estuvo a la defensiva, porque nadie le dijo que tenía que defender un punto. Goethe no sentía culpabilidad alguna por escribir novelas, y estudiar ciencias ópticas y hacer todo aquello que le provocara, porque nadie lo criticaba por ello.
¡Fue una revelación!
No había manera de reproducir el tiempo y el espacio en el que vivían, pero pensé que sería posible crear una comunidad flexible que ofreciera apoyo a la vez que una sensación de pertenencia, así que me decidí a ponernos un nombre: Scanners, porque en lugar de sumergirse en las profundidades de un tema de interés, indagábamos en el horizonte de nuestros intereses. Luego, en 1994, escribí sobre los Scanners en su total extensión en mi libro titulado “Podría hacer lo que fuera, si sólo supiera qué hacer”, y esperé a que saliera el libro. Deseé que pudiera hacer alguna diferencia.
Pero no esperaba el resultado.
Tan pronto como el libro estuvo publicado, comenzaron a llegar las cartas. Al principio, eran algunos cientos de cartas. Diez años después, su número creció hasta los miles, y seguían llegando. Casi todas las cartas decían básicamente lo mismo: “¡Soy un Scanner! ¡Qué alivio! Pensé que tenía una discapacidad/estaba tratando de sabotearme a mí mismo/ era vago/era superficial/carecía de carácter, etc.”
Las personas que me escribían se sentían muy agradecidas por haber sido descritos en términos positivos –casi siempre por vez primera. Durante años habían batallado para entender por qué eran tan distintos de sus conocidos. Habían pasado años de su vida confundidos y frustrados. Muchos de ellos habían acudido a terapeutas en busca de ayuda pero no podían seguir el programa que les asignaban para fijarse un rumbo y mantenerse en él. No podían entender por qué eran incapaces de escoger la carrera correcta, y una y otra vez describían el mismo patrón: cada carrera interesante que comenzaban se convertía pronto en insoportablemente aburrida. O no habían intentado ninguna porque, desde el inicio, no podían decidirse.
Los Scanners que no andaban en busca de carreras tenían igual cantidad de problemas porque tenían demasiadas posibles elecciones. ¿Deberían escribir, o viajar, o crear arte, o comenzar con un micro emprendimiento? No querían escoger una sola área; las querían todas. ¿Por qué no podían mantenerse interesados en algo por el tiempo suficiente para acabarlo? Todo lo que sabían era que no podían hacerlo bien, y con el paso del tiempo se convencieron de que estaban dañados de fábrica.
Pero tan pronto se vieron descritos en mi libro, ¡se encendieron las luces! Todo se veía distinto. Como escribió una persona: “No podía definir quién era, así que siempre asumí que estaba haciendo algo mal. Cuando leí sobre los Scanners, ¡supe que no era cierto!”
Me pareció obvio que había tocado una tecla. Estaba esparciendo la palabra, y los Scanners comenzaban a despertar a la verdad de que no había nada malo en ellos. El saber que su comportamiento era distinto –porque eran genéticamente distintos- explicaba tantas cosas que fue inmediatamente aceptado. Fue un comienzo excelente.
Pero ¿y entonces? ¿Dónde te entrenas para vivir como un Scanner? ¿Cuál es la carrera lógica para un Scanner? ¿Dónde están las marcas de guía en el camino de llevar una buena vida sin tener que cambiarte a ti mismo?    

Escuela para Scanners     
¿Dónde están las guías para los Scanners? Para ponerlo simple y llano (a menos que estén escondidas en alguna parte que aún no descubro) no existen. Si tienes una especialidad (por ejemplo geología o moda), existen carreras llamadas Geología y Diseño de Modas para enseñarte, hay consejeros guías para ayudarte a tomar decisiones, y hay reclutadores para contratarte. Hay organizaciones profesionales y libros y sitios Web que te ayudan a desarrollarte como geólogo o diseñador de modas o cualquier tipo de especialista que desees ser.
No hay nada de ese estilo para los Scanners. Si eres un Scanner, seguramente tomaste algún test de habilidades sólo para descubrir que tuviste alto puntaje en la mayoría de las categorías. Los consejeros de carrera no están entrenados para manejar tales resultados. Probablemente hasta ahora el mejor consejo que te han dado es “Puedes hacer cualquier cosa. Sólo escoge uno de tus talentos y comienza”.
Ese era también el peor consejo.
Sería igual que te hubiesen dicho, “no podemos ayudarte”, porque los Scanners no pueden elegir. Y ahora estás aprendiendo algo que la mayoría de aquellos guías de carreras no saben: no se supone que los Scanners elijan.
Hasta ahora estos hechos te han mantenido a la deriva: no tienes guía ni asistencia en este asunto de manejar tus diversos talentos. No hay una ruta académica que te entrene para utilizar de la mejor manera tu irreprimible curiosidad, ni para dirigir tu rápida mente a una especialidad multidireccional. En los negocios no existe ningún rumbo profesional ni títulos de cargos para el Scanner de múltiples talentos que puede-hacer-de-todo (esas personas a las que otros siempre recurren, y son valorados por ellos, aunque no tengan una etiqueta que indique quiénes son en realidad). La existente presión cultural para entrenar especialistas simplemente no está balanceada con algún plan para entrenar generalistas (por ejemplo, Scanners).
Pero debes comenzar por algún lado. Reuní todas las técnicas que he diseñado durante los años para ayudar a mis clientes Scanners, y también busqué más. Comencé discusiones especiales en internet donde los Scanners pudiesen compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente. Comencé a ofrecer clases en llamadas por conferencia de forma regular, y diseñé y facilité talleres dirigidos a Scanners. Incluso aparecí en un especial televisado de una hora de duración para hablar sobre el tema. Lo que deseaba más que otra cosa era compartir lo que había aprendido con aquellos que lo necesitaban. Me convertí en una mujer con una misión, lo que no era realmente mi estilo. Pero, con cartas como esta, ¿cómo podía siquiera pensar en detenerme?
Debo comentarte lo emocionada que me sentí cuando leí tu descripción de un Scanner. Es exactamente lo que soy, y ahora estoy trabajando para balancear mi vida de tal manera que pueda expresarme totalmente.
Nunca me había dado “permiso” de NO buscar aquella ÚNICA profesión y merodear alrededor de las cosas que amo. Estaba intentando conformarme con la visión general de que hay un único camino, ¡y tenía que encontrarlo a los 18 años!
Pero comunicaste bien ese autorización, y has quitado un peso de mi corazón, permitiéndome mirar las cosas que amo desde una perspectiva distinta, con energías renovadas y, sobre todo, con una alegría que había estado asfixiada por la culpa durante años.
¡Gracias! Ahora tengo un título para lo que antes veía como lastre.
Estoy mirando mi vida de una forma distinta, y no sólo me estoy perdonando por ser una Scanner, ¡sino que lo estoy disfrutando!
Yo también me sentí atormentada durante años por no poder ser “estable”. Ahora sé que sólo soy una verdadera Scanner, y soy más feliz cuando puedo ser yo misma sin sufrir críticas.
Toda mi visión de vida ha cambiado- Gracias Bárbara, por tu consejo.
Así que me dediqué a construir un manual para ayudar a los Scanners a sobrellevar los obstáculos, encontrar maneras de hacer sus ideas florecer, y utilizar sus muchos talentos. En el proceso de escribir este libro me hice a la tarea de encontrar y conocer tantos Scanners como pudiese, y ahora he encontrado cientos de ellos. Son magníficos. Aman la vida, se emocionan con las experiencias nuevas, y son las personas más interesantes que podrías conocer. También son sumamente generosos y han compartido conmigo muchos tips y estrategias que han creado para solventar los problemas de logística que acarrean sus múltiples intereses. Incluso puedes haber desarrollado tus técnicas propias. Yo lo he hecho. Los Scanners son intuitivos y disfrutan resolviendo problemas. Pero la razón principal por la cual estas personas han tenido que diseñar sus propias soluciones era la ignorancia de que existían otros Scanners como ellos; no tenían a dónde ir por ayuda.
Creo que es por eso que los Scanners que conozco desbordan historias y experiencias personales: han mantenido todo adentro durante mucho tiempo. Hablaron de las heridas causadas por haber sido disminuidos, y la frustración por no poder satisfacer las expectativas de sus familias, así como la soledad por no ser comprendidos (ni comprenderse a sí mismos). Pero también han hablado sobre su curiosidad, su amor por el descubrimiento, y su deleite casi infantil al involucrarse en un gran proyecto. He incluido tantos extractos de sus cartas como han cabido, sin embargo desearía incluirlas todas porque resultarían inspiradoras, pero más que eso, pondrían una cara a otros Scanners y proveerían compañía: ¿no te gustaría leer sobre Scanners que se encuentran enseñando primaria y escribiendo música en Nepal, escribiendo libros o destilando cerveza, trabajando en el teatro, conociendo líderes famosos en Checoslovaquia, o tejiendo pueblos en miniatura para sus madres en los entretiempos de tocar en su propia banda de rock- después del trabajo, por supuesto.
Estas palabras podrían ser las primeras que has escuchado provenir de otros Scanners. Puedes descubrirte exclamando: “¡Así soy yo!” Eso espero, porque palabras afines como estas son las que los Scanners necesitan para encontrar el rumbo a casa. En territorio familiar, puedes comenzar a celebrar tu propia identidad y vivir la vida, sabrosa y plena, de la cual eres capaz.
Este libro es una vuelta a casa en lo personal para mí también. Es un hito que marca la compleción de un círculo en mi vida, comenzando con la principiante universitaria que lloraba de alegría al conseguir esas maravillosas materias en el catálogo hace tantos años, a la mujer madura que lee y escribe y viaja y se divierte con sus docenas y docenas de intereses. Y quizá sí le di un fin práctico a algo que aprendí en la universidad: descubrí lo que es sentir deseos de querer aprender algo y no tener a nadie quien me explicase cómo. En este libro utilizo esa experiencia para intentar entenderte y ayudarte.
Este es mi mejor esfuerzo para un manual de usuario para Scanners. En él, aprenderás quién eres y por qué siempre has sido tan diferente de aquellos que te rodean. Descubrirás exactamente qué tipo de Scanner eres –porque no todos los Scanners son iguales- y cuáles de los tips, herramientas, técnicas y patrones de diseño para la vida encontrados en estas páginas son correctos para ti. Cuando acabes entenderás qué es lo que te ha hecho distinta de aquellos quienes fácilmente encontraron su rumbo en la vida, y aprenderás cómo sobrepasar los obstáculos que te han detenido en el pasado. Finalmente, con tus brazos cargados de nuevas herramientas, serás libre de hacer aquello para lo que naciste: saltar a la acción y utilizar toda esa energía creativa dentro de ti para hacer el trabajo extraordinario del que eres capaz.
Para un Scanner, es la mejor diversión en el mundo.
Los Scanners como tú siempre han caminado entre nosotros pero, hasta ahora, pocos han descubierto que no son sólo una versión defectuosa de todos los demás sino una versión distinta de ser humano. A mi modo de ver, no te has descubierto hasta ahora. Será un honor para mí si resulto ser la primera en ponerte un nombre. Lo que encontrarás aquí es un programa completamente nuevo, el primero en su estilo. Es en parte rehabilitación para deshacer los efectos de años de malos entendidos y restaurar tu golpeada autoestima. Por otra parte es entrenamiento para que, como un piloto que aprende a manejar un avión de alta velocidad, ensayes cómo utilizar las aptitudes inusuales con las que naciste. Y, como los Scanners tienen que pagar la renta como todos los demás, también es en parte ayuda de carrera –cómo conseguir ese trabajo que no va a aburrirte, sino que te ayudará a mantener la vida que deseas vivir.

Así que abre tu mente, arremángate la camisa, y vamos a comenzar. No puedo esperar para ver lo que harás con ese hermoso cerebro tuyo una vez que se abran las puertas y por fin puedas adoptar tu velocidad y explorar este enorme mundo que tanto amas.